Sucede que a veces los peques nos culpan de cualquier cosa de su día a día que no ha salido como esperaban. Estrés cotidiano, manejo de frustraciones, situaciones que van llenando el vaso de los niños y que podemos llegar a pagar los padres en forma de agresividad verbal o física
¿Os va sonando la historia?
Nuestra reacción natural es dejarnos contagiar de esa energía negativa o incluso sentirnos impotentes, perplejos.
¿Qué podemos hacer ante este tipo de conductas?
Una solución es invitar a nuestro hijo/a a una buena pelea de almohadas, la risa producida será el mejor antídoto para la rabia y estrés además fortalecerá el vínculo entre nosotros. En esta pelea ayuda que actuemos de manera exagerada: ouch! Ahhhg!!- nos tiramos al suelo- para buscar la carcajada.
¿Te hace una guerra de almohadas?
Gracias a una psicóloga y amiga, he descubierto el libro «juegos que unen» de la Dra. Aletha J. Soler donde se recogen diferentes estrategias lúdicas para educar y apoyar a los niños. Una verdadera delicia!
¡Cuánta razón!
Si lo dicen los expertos… A por ellos y sin piedad. Un abrazo!
RoughHouse, mi actividad favorita 😉