Hola familias,
Comienzo el nuevo año con la cuarta entrega de nuestro viaje por las claves de las familias felices.Todo empezó cuando descubrí un estudio internacional sobre cómo son aquellas familias más felices, investigación que partió del Australian Institute of Family Studies . Brevemente recordamos las tres claves que llevamos vistas hasta la fecha:
1- El compromiso, aquellas familias en las que todos sus miembros presentan un alto grado de compromiso son más resistententes. En este sentido vimos algunas claves para reforzar el compromiso en familiar.
2 – Amor y gratitud. Expresar afecto y reconocimiento hacia nuestros familiares es otro pilar esencial de la felicidad en familia.
3 – Comunicación. Según demuestran los estudios, aquellas familias que pasan tiempo compartiendo sus inquietudes, preguntando y reconociendo el valor de los demás, son más fuertes.
A nivel personal, tengo que decir que este recorrido me está ayudando a hacerme consciente de pequeñas cosas que – pueden parecer obvias – pero muchas veces permanecen invisibles. Hasta ahora no me había parado a ver a mi familia como lo que en verdad es: un grupo. Y como grupo tiene unas características muy peculiares, nuestra forma de ser y comportarnos va a determinar nuestra historia en familia. Así pues ¿Qué tal si abordamos el siguiente elemento de la lista?
El cuarto elemento que se ha descubierto en las familias más fuertes es la espiritualidad, entendida como una experiencia que va más allá lo tangible, no como algo estrictamente religioso. Se sabe que aquellas familias que comparten una concepción espiritual: ya sea un sentimiento de esperanza, paz, optimismo o bien algo más ligado a Dios, son familias en las que se promueven valores como la compasión o el sentido de compartir. Ciertamente es un hallazgo bastante controvertido ¿no? ¿Qué pasa si en mi familia somos ateos? Bueno como explican los investigadores, el concepto de espritualidad está relacionado más bien con el de «conexión», el hecho de sentir que estamos conectados unos con otros y con algo más (una sociedad mejor, la paz…) Sentir que nuestra familia es una pieza de algo mucho mas grande y vivir en armonía con esta idea, respetando el medio ambiente, ayudando a otros o simplemente siendo felices, nos hace una familia más fuerte ¿Ahora tiene más sentido? El mero hecho de ser una familia religiosa no nos hace más felices.
La pregunta del millón es ¿ Cómo pontenciamos este sentiemiento de espiritualidad en nuestra familia? Se me ocurren unas cuantas ideas para un futuro post.. ¿Alguna sugerencia?
Imagen vía: moonlightrainbow
The blue monster 
Mediante valores. Los padres tienen que enseñar a los hijos los valores individuales y colectivos, para sentir ser un mismo grupo. Por ejemplo, si educamos la amabilidad: abrimos la puerta para que pase otra persona, cedemos el asiento en el autobús… Gestos y acciones que a los peques no les pasa desapercibidos, y que imitaran.
Besos especiales!
Las acciones hablan mucho más alto que las palabras, totalmente de acuerdo. Gracias por el comentario, Marta. Nos leemos!
Cómo me ha gustado esta entrada! En casa yo me definiría agnóstica, mi marido dice ser ateo, los niños no están bautizados pero sí van a un colegio religioso… jajaja. Creo que sí intento fomentar esa espiritualidad como dices más allá de un sentido religioso, quizá me la llevo al plano emocional e intento construir sobre la base de unos valores éticos, morales, familiares… una conexión emocional entre todos. A nivel personal, solo hablando de mi propia experiencia, creo que me aporta mucho para ser como soy. Y creo que funciona un poco como vínculo vital familiar también.
Interesante seguir pensando sobre ello!
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